La preocupación es una emoción fuerte que surge cuando sentimos dudas sobre el futuro. 

Hay muchas cosas que nos preocupan día a día y mientas vamos creciendo en la vida se suman más y más preocupaciones: las calificaciones, los exámenes, la tesis, la familia, la salud, el dinero, los pagos, los hijos, mi cuerpo, mi imagen, hoy en día la seguridad, entre muchas cosas más que podemos añadir a esta lista.

Y que te puedo decir si la preocupación es mi segundo nombre 😅.

Me he dado cuenta que cuando estoy preocupada no funciono al 100%, se me dificulta concentrarme, suelo dormir menos o a veces más de lo normal, comienzo a comer y tener antojos de comida chatarra, me duele mucho el estómago, sufro de estreñimiento, incluso mi respiración cambia.

Te he de confesar que muchas de las cosas que me preocupan NO LLEGAN A PASAR, he identificado que los pensamientos invasivos son los que realmente me perturban.

Es normal sentirnos preocupadas, pero cuando ya interfiere nuestros días ya no lo es, por eso la importancia del autoconocimiento. La preocupación excesiva nos puede llevar a padecer trastornos de ansiedad. Aunque aclaro que la preocupación también tiene su lado bueno, ser despreocupada de la vida tampoco es la solución. Recuerda, todo en la vida es un balance.

Bueno Dany pero, ¿qué hago si estoy preocupada?

Aquí te comparto algunas cosas que yo hago para afrontar esas situaciones.

1. ¿Ya está pasando?

Esta pregunta me ha ayudado mucho a detener esos pensamientos invasivos, ejemplo:

Pensamiento: Estoy lejos de mi familia y no los puedo cuidar si algo malo les pasa.

Herramienta: ¿Ya está pasando?

¿Ya le está pasando algo malo a mi familia? No, entonces no me preocupo hasta que realmente pase. Si no, no pensaré en ello.

2. Tómate 5 minutos

Si ya es mucha la preocupación que no te está dejando concentrar en tus actividades importantes, toma 5 minutos para respirar.

Haz respiraciones conscientes: inhala 5 segundos, mantén la respiración 5 segundos, exhala en 5 segundos.

Si puedes apoyarte de algún aceite esencial sería un plus.

3. Busca apoyo de organizaciones

Muchas veces por tema de dinero no buscamos la ayuda que necesitamos, hay organizaciones que apoyan con apoyo psicológico o médico gratuito o con costos de recuperación muy bajos. Considerar esta opción puede llegar a ser la mejor solución en lo que se consigue más recurso.

4. Detox social

Pasar demasiado tiempo en redes sociales puede generar sentimientos de angustia, ya sea por la comparación o por el consumo de noticias negativas.

5. Establecer fechas límite.

Me acuerdo cuando tenía que hacer pagos, me preocupaba 45 de los 30 días del mes, así que decidí cambiar la estrategia porque ya no estaba disfrutando la vida. Cada que estaba realizando algo de placer me sentía culpable.

Lo que hice fue: si mi pago lo realizo los días 25 del mes, del 22 al 25 ya me preocuparé si no he reunido la cantidad más no antes. Porque muchas veces todo se solucionaba 3 o 2 días antes y yo estaba preocupada todo el mes.

6. Prevenir es mejor que lamentar

Aquí es donde utilizo la organización para evitar llegar a la frustración. Un ejemplo de ello, cada inicio de mes, en mi planeador mensual anoto todas las actividades que tengo que realizar para que no se me pase ninguna y para ir planeando con antelación las acciones a seguir.

La preocupación además nos drena de mucha energía, es mejor utilizar esa energía en creer, crear, confiar, brillar, manifestar o sanar. 

Es importante permitirte sentir y acompañarte en todos tus procesos.

El control emocional es algo que se trabaja día a día, no te desesperes si un día no aplicaste lo que has aprendido.

Espero que estos tips te puedan ser de mucho apoyo, con amor Dany.